martes, 3 de noviembre de 2009



Plantar un árbol

“Tener un hijo, escribir un libro, plantar un árbol...”, dicen que dice. Pero nada afirman del orden de los factores y de comenzar de atrás para adelante. Por eso, empecemos plantando un árbol que para esto no hay límite de edad ni es necesario ser un destacado intelectual.
Cuando consultamos a los especialistas, uno de ello nos dijo algo que nos parece muy importante: “Es muy bueno que exista la motivación por plantar un arbolito”, dijo, “pero es mejor todavía si además preservan los árboles que todavía están de pié”.
Regar, no lastimarlo, hacerle la taza para que pueda juntar la mayor cantidad de agua, y, si querés, también podés hablarle que, aún cuando no hay nada ni nadie que pueda demostrar que utilizan las palabras para comunicarse, nadie puede demostrar lo contrario. Tampoco qué sienten cuando estamos con ellos y, menos aún, cuando estamos debajo de su sombra.
Solo por eso, por estar bien debajo de su copa, vale la pena que comencemos a prestarle más atención.

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